El Palacio de Pedralbes ha sido testigo de una de las Conferencias de Presidentes más tensas, confusas e improductivas de su historia.En el mismo lugar donde Alfonso XIII se alojaba durante sus visitas a Barcelona, y donde Franco agasajó a Eva Perón y recibió al presidente Nixon en junio de 1963, se ha escrito ahora un nuevo y desconcertante capítulo, bautizado por Isabel Díaz Ayuso como “la farsa de los pinganillos”.Lo que debía ser un encuentro para debatir temas de interés común entre los presidentes autonómicos terminó siendo una batalla simbólica marcada por el uso de las lenguas cooficiales. ¿Instrumento de inclusión o arma de división? La polémica lingüística lo eclipsó todo: ni siquiera hubo consenso sobre el orden del día. La sesión derivó en un cruce de reproches y gestos de tensión entre los distintos líderes territoriales.La jornada cerró sin acuerdos sustanciales y con la sensación de un foro más simbólico que efectivo.En el capítul de hoy, Alberto Prieto, subdirector de EL ESPAÑOL, repasa los cinco momentos más tensos de esta Conferencia, en la que el ruido volvió a imponerse al diálogo.La Conferencia de Presidentes se inauguró hace 21 años bajo la presidencia de José Luis Rodríguez Zapatero. Durante su mandato se celebró 4 veces.Estos encuentros entre presidentes autonómicos en la época de Mariano Rajoy disminuyeron a la mitad. Bajo la presidencia de Pedro Sánchez estas reuniones, muchas de carácter extraordinario por la pandemia, se han celebrado más de 20 veces.