Su madre lo descuidó a tal punto que, cuando finalmente lo dio en adopción cuando tenía seis meses, los médicos de Nueva York lo declararon "no adoptable" porque se comportaba en "un nivel animal", pues el niño de nombre Paul Zeininger, ingería sus propias heces para sobrevivir.
Meses después, fue adoptado por Norma Stano, una enfermera, quien lo rebautizó como Gerald Eugene Stano. Sus padres adoptivos debían mantenerle en estricta disciplina. De niño, mojaba la cama, y lo hizo hasta los 10 años.
El pequeño Eugene tenía problemas de integración con el resto de niños y pronto se convirtió en el objetivo de burlas y bromas de algunas de las chicas de su instituto, comenzando de esta forma su aversión a las mujeres que desencadenaría más adelante una misoginia agresiva.
En Pensilvania, Stano acabó con la vida de una docena de chicas y volvió a Florida, donde creó una oleada de pánico en el estado al acabar con otras 33 vidas entre 1973 y 1980.
En las calles, Gerald Eugene Stano era conocido como "El Depravado de Florida".
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