John Allen Muhammad junto con su cómplice e hijo adoptivo de 17 años, Lee Boyd Malvo, llevaron a cabo los ataques de francotiradores de DC en 2002, matando a 10 personas e hiriendo a varias más en el área de Washington.

La mayoría de los disparos se realizaron con un rifle de alta potencia desde el interior de la cajuela del vehículo de Muhammad, que había sido modificado con vidrios polarizados pesados, un asiento trasero con bisagras que facilitaba el acceso a la cajuela desde el compartimiento de pasajeros y un agujero que había sido corte en la tapa del maletero justo encima de la placa de matrícula.

Muhammad, un soldado convertido en mecánico de automóviles, guardaba un profundo rencor contra su exesposa y la sociedad. Durante el juicio de Maryland, Malvo testificó que la intención de su ola de disparos había sido crear estragos para encubrir los planes de Muhammad de secuestrar a sus tres hijos.

El objetivo a más largo plazo era extorsionar a las fuerzas del orden público para que les dieran dinero para detener los tiroteos. Muhammad planeó tomar el dinero y mudarse a Canadá con Malvo y sus tres hijos; sin embargo, no lo logró.

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Crímenes de Terror

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